BDSM y feminismo

Es difícil decidir qué es más molesto: lxs feministas anti-BDSM o les bdsmerxs anti-feministas. Como personas que trabajan con feminismo y BDSM es frustrante leer ambas categorías como incompatibles. La gente que quiere una vida sexual activa y saludable necesita todos los aliados que pueda, te invitamos a leer algunas cosas en común entre estos dos temas.

 

El feminismo y el BDSM priorizan charlas honestas sobre el sexo


En un mundo donde una educación sexual comprensiva y bajada a la realidad es necesaria pero rara, tener conversaciones honestas sobre el sexo termina siendo una postura activista en sí misma. Estas pláticas son una de las cosas que tanto feministas como bdsemerxs tienen en común. 


Como nota la investigadora Debby Herbenick “... el porno es ficción. Eso es parte de por qué tanta gente lo disfruta. Como sea, hay un riesgo si gente joven se confunde como resultado de una educación sexual solo basada en el porno.”


Gran parte del feminismo apela a ampliar las iniciativas de educación sexual y a estudios críticos del porno para ayudar a trabajar en los efectos que esto tiene. Esto no es porque el porno sea malo de por sí, simplemente no es una representación acertada de todos los tipos de prácticas y cuerpos que existen.


De manera similar, quienes practican BDSM tienen (o deberían) conversaciones abiertas y honestas sobre sexo para figurarse qué tipo de experiencias les gustaría explorar. También se utilizan para conocer los límites de las diferentes partes. Una charla honesta es clave para explorar la sexualidad.


Sí, no cada feminista considera al sexo de una manera honesta o positiva. Hay chicas en el feminismo radical que creen que todo sexo heterosexual es violación. Aquí hablaremos de feminismo para referirnos al que es positivo con la sexualidad. En palabras de Charlie Glickman “la mirada de que los únicos parámetros relevantes en un acto, práctica o experiencia sexual son el consentimiento, placer y bienestar de la gente involucrada o afectada por tal”.


En una línea similar, no todos los practicantes de BDSM se interesan en manener una honestidad o ética sexual. Hay muchas historias y hasta blogs sobre problemas con abuso en la escena BDSM. Eso quiere decir que quienes practican son gente terrible? No. Simplemente refleja cómo en todo grupo demográfico habrá personas que sean deshonestas, manipuladoras o hasta abusivas.  


Debemos aprender a vivir con la idea de que es algo inevitable en la naturaleza humana o revisar estos comportamientos para proteger nuestras comunidades. 



El feminismo y el BDSM están fundados en el consentimiento


Para les feministas las conversaciones sobre el consentimiento suelen rondar sobre la vida en condiciones patriarcales y en cómo las mujeres están devaluadas y objetivizadas sin su consentimiento. Para les practicantes de BDSM, estas charlas suelen ser más prácticas, así como el consentimiento es lo que diferencia el fetichismo de un abuso. 


Estas discusiones sobre el consentimiento están relacionadas. Necesitamos examinar las relaciones de poder más grandes en las que nacimos sin consentir como género, etnicidad, clases sociales, nacionalidad, etc. Necesitamos este análisis tanto como necesitamos ver de qué maneras consentimos a actos sexuales específicos.


Otro punto de intesección es cómo estos dos movimientos ven el consentimiento es que el contexto es muy importante. Como apunta Ashley Manta “...quienes disfrutan el BDSM los hacen en un contexto espefícico, durante una escena. Esa gente no es adicta al dolor ni está loca, no necesita terapia ni una cura. Y, en la mayoría de los casos, no son víctimas de abuso.”


En otras palabras, es saludable disfrutar de ciertos comportamientos consentidos en un contexto específico. De manera similar, para feministas las discusiones sobre privilegios suelen estar centradas en la idea de que ese privilegio siempre está entrecruzado con jerarquías: Es por esto que no existe un “hembrismo” que compense el machismo, sino más un sexismo benevolente. 


El feminismo y el BDSM defienden el derecho a la decisión individual


A pesar de que se quieran adoptar ciertos modelos o no, como feministas es importante defender el derecho a decidir de otres. De la misma manera, aunque azotarse no suene atractivo o divertido para alguien, es importante apoyar el derecho de adultos que consienten a elegirlo. En otras palabras, no tienen que gustarnos las cosas que les gustan a les demás para poder aceptar que tienen derecho a disfrutar de ellas.


Hay muchísimos estereotipos sobre feministas y practicantes de BDSM que llevan a malos entendidos sobre lo que estos grupos realmente sostienen.

Si miramos con atención, feminismo y bdsm deberían ser aliados en ayudar a cada persona en conseguir asertivamente experiencias placenteras en un mundo más equitativo. ¿Podemos aunque sea estar de acuerdo en eso? 



Artículo original: https://www.kinkly.com/2/8128/sex-tips/perspectives/what-do-feminism-and-bdsm-have-in-common

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