Entendiendo nuestros límites BDSM

La pregunta sobre cuáles son nuestros límites suele presentarse alrededor de las escenas kinkys. Aunque suene simple, si somos principiantes en el BDSM ¿Cómo sabemos cuáles son nuestros límites al respecto? ¿Cómo sabemos qué queremos y qué no? Le pedimos a Victoria Blisse que nos traiga una guía básica para poder entender qué es exactamente lo que queremos.


Todo el mundo tiene límites inamovibles, por ejemplo la muerte y mutilaciones. Así que empecemos por lo obvio. Decir que no tenemos límites en el BDSM no va a hacernos ver como super kinkys y cebades, indicará a les kinksters experimentades que no conocemos sobre nuestras limitaciones y puede dar lugar a que alguien se aproveche.


Antes de pensar en practicar BDSM con otra persona, hagamos una lista de cosas que no queremos probar. Si no estamos segures, está bueno echar una mirada a distintos glosarios para ir tachando los que se salen de nuestro radar.


Algunas cosas pueden venir de nuestras vivencias cotidianas, si sentimos que nuestros pies son feos la adoración de pie probablemente no sea lo nuestro. Si nos paniquea el encierro, las jaulas o la privación sensorial pueden terminar en el tacho de lo que no va.


Maneras de descubrir tus límites BDSM


-* Rolear

Explorar juegos de rol online o por teléfono puede ayudarnos a ver qué nos resulta atractivo. Si disfrutamos una actividad en particular via texto, puede que nos guste en la vida real también y si nos genera incomodidad ya desde lo escrito definitivamente se va a ir de nuestros límites. 


-* Jugar con une misme 

Hay cosas que no podemos hacer soles, obvio, pero hay muchas cosas que podemos ir probando por nuestra cuenta. Prácticas como autogolpearnos con un implemento para ver cómo se siente, jugar con fluídos o la negación de orgasmos definitivamente son algo viable. De esta manera estamos en control. 


-* Juego limitado

Cuando estamos probando algo con une compañere de juego por primera vez, establezcamos algunos límites más blandos que se puedan ir moviendo y cambiando a medida que la escena avance. Podemos encontrarnos con que nos la bancamos más de lo esperado o que algo no nos gusta, así que podemos ir moldeando los límites, siempre con una comunicación asertiva. Es esencial hacer este tipo de cosas con una persona de confianza que no tenga problema en parar y darnos un buen aftercare cuando lo necesitemos.

 

¿Qué es un límite duro?

Los límites duros son los que no deben ser empujados. Son las cosas que no queremos. Puede ser una gran variedad de cosas como las cosquillas, los azotes o el sexo anal. También puede ser que no queramos ser llamades de determinada manera o tener prácticas en público. Los límites duros pueden cambiar en el tiempo o según la persona. Queda en cada quien cuáles serán y siempre deben ser respetados. 


¿Necesito empujar mis límites BDSM?

Algunas prácticas pueden involucrar esto, como en el edgeplay, pero no es un requerimiento si no queremos hacerlo. Si estamos felices quedandonos en el mismo límite de aguante o no queremos ahcer algo en particular, entones no tenemos por qué empujarnos más allá tratando de hacer feliz a otra persona. 


De todas maneras, si nos sentimos cómodes con alguien y queremos poner nuestros límites a prueba ¡Mandemosle mecha! Podemos aprender muchas cosas al salir de nuestra zona de confort. Si decidimos hacerlo debemos asegurarnos de que sea con alguien de confianza que pueda darnos abundantes cuidados posteriores, incluso si no son algo que solamos necesitar, ya que empujar límites puede ponernos en un lugar muy vulnerable.


Alertas rojas

Si alguien se pasa o trata de mover tus límites, debemos ponerle en su lugar. Paremos lo que está pasando -usando la safeword en caso de ser necesario- y conversemos al respecto. Es una red flag si alguien insite en empujar un límite que tenemos. No dejes que nadie cuestione tus límites. Cualquier kinkster experimentade debería asegurarse de prestar atención a no pasarlos por alto. 


No participemos en cosas si sentimos coersión de por medio. El "No" tiene peso, usalo. Si nuestros no están siendo respetados, mejor dar un paso al costado. Nadie tiene la obligación de hacer todo lo que le dice su dominante. 


Los límites en el BDSM existen para mantenernos segures y felices, no para cortarnos la diversión.


Articulo original por Victoria Blisse 

Mi carrito