No tienen que gustarte todos los tipos de dolor para considerarte masoquista

Para mucha gente la parte más aterradora del BDSM son el sadismo y masoquismo. Ciertamente es el tipo de juegos que pueden confundirse más facilmente con abuso. Además, mucho de lo que la gente ve o lee al respecto es extemos. Pero ahí está lo que mucha gente no entiende: Hay muchas más cosas en el dolor y masoquismo que las prácticas extremas que se ven online. Puede gustarte algo de dolor sin querer abarcar todo. Si pensás que pensás que sos masoquista pero te sorprendiste de que no te gustan algunos tipos de dolor, te damos la bienvenida al club! Pueden gustarte unas nalgadas pero odiar pisar un lego en medio de la noche. Todo se trata de las preferencias y el contexto.



Los dos tipos comunes de dolor físico

Sting: Dolor más superficial y sensación de ardor. Suele ser causado por implementos livianos o finitos. Una cane, las puntas de un flogger o un látigo pueden causar este tipo de dolor afilado. En manos de alguien que sabe manejarlos los juguetes pesados también pueden lograr dicha sensación.


Thud: Este tipo de dolor es más profundo, se siente en los músculos y a veces la siente como un intenso masaje. Puede ser causado por palmetas, floggers y manos. Golpear con los piños suele sentirse como si te estuviesen masajeando, solo hay que tener cuidado de golpear músculos grandes y evitar usar los nudillos. 



Sufrimiento emocional en el BDSM

A menudo conocido como humillación, el sufrimiento emocional es otro fetiche legítimo en el BDSM. Requiere mucha confianza de la parte sumisa y gran control de la dominante. Igual que el dolor físico, si no se lo maneja adecuadamente este tipo de juego puede dañar mucho. No es para cualquiera y debe ser negociado con cuidado. Deben usarse safewords y el aftercare es clave, como en cualquier práctica, pero especialmente después de esta práctica.

La humillación toma muchas formas y es especial para cada persona que la disfruta. Lamer botas, arrastrarte por el piso, orinar frente a tu pareja o que te llamen de una manera específica… Las posibilidades son infinitas.


 

Tolerancia al dolor

El sexo y fetichismo son físicos, pero también mentales. Cuando estás de humor para jugar puede que veas tus implementos y que tu cabeza se imagine cuánto podés disfrutar con ello. En cambio, si tenés cosas que te estresen puede que el resultado sea el contrario y una sensación que solés disfrutar se vuelva insoportable.

No tenés que preocuparte de “perder la licencia de masoquista” solo porque no podés disfrutarlo en ciertos momentos. Es común que en las condiciones adecuadas haya una tolerancia al dolor totalmente distinta que cuando se está fuera de juego.

Otra cosa a tener en cuenta es que cuánto más juegues con un tipo de dolor, más tolerancia se desarrollará. Los “culos de cuero” son algo que se genera como resultado del cuerpo acostumbrado a los azotes, al punto de no registrar golpes fuertes como algo doloroso. No pasa de la noche a la mañana pero es una posibilidad.



Sentir otras cosas además de dolor

Hay muchas otras sensaciones con las que jugar. Pueden ser geniales para quienes no gustan del dolor. Cosquillas, rasguños, masajes o caricias son las más sencillas para llevar a cabo con tu manos. Casi cualquier juguete se puede usar para experiencias similares: Floggers, palmetas, fustas y hasta la rueda de watenberg.



No todo el mundo disfruta de cualquier tipo de dolor 24/7. Lo que te calentó anoche puede hacerte gritar y llorar hoy. La clave es comunicarse para estar en sintonía y así poder experimentar buscando qué funciona para vos. El dolor puede ser algo muy excitante, pero cuando no se lo maneja bien puede ser peligroso. Cuidemos siempre jugar seguro o, en caso de decidir otra cosa, con conciencia!


Artículo original: https://www.kinkly.com/2/9548/sex-tips/bdsm/you-dont-have-to-like-all-types-of-pain-to-call-yourself-a-masochist

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